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domingo, 27 de octubre de 2013

De errores arbitrales y entrenadores miedosos

La actuación del colegiado decidió un Barça-Madrid muy igualado, en el que Ancelotti y el Tata Martino evidenciaron que son dos técnicos muy temerosos


Fuente: marca.com
En mi artículo del pasado 29 de septiembre escribía que los árbitros suelen beneficiar al equipo más poderoso. Y en este de ahora simplemente me ratifico en lo que llevo opinando muchos años. Y como hoy en día la escuadra más poderosa es la del Barcelona, pues en las últimas temporadas ha sumado más títulos que ninguna otra, es la que más ayudas recibe de los colegiados. Y esta idea se hizo realidad una vez más en el clásico que disputaron ayer Barça y Real Madrid en el Camp Nou. En esta ocasión, en un encuentro muy igualado, en el que los azulgrana fueron superiores en los primeros 45 minutos y los blancos jugaron mejor y crearon más ocasiones en la segunda mitad, fue la polémica actuación del árbitro la que decidió la victoria en favor de los catalanes. Situación que en las últimas temporadas se ha repetido mayormente en beneficio de los blaugranas, pero que históricamente se decanta por los blancos por su mayor cantidad de triunfos.


Desde mi punto de vista, Undiano Mallenco se comió ayer tres penaltis, dos en el área barcelonista y uno en la blanca (sin contar los numerosos que se producen en todos los saques de esquina). Debieron ser señalados la mano de Adriano, el empujón de Mascherano a Ronaldo y el pisotón de Pepe a Cesc. Pero los árbitros se equivocan porque son humanos y porque no pueden abstraerse de la inmensa presión que reciben desde todos los sectores. A cambio, están más que bien pagados. En esta ocasión, son los madridistas los que se quejan con razón de la actuación del colegiado. Pero no hay que echar mucho tiempo atrás para recordar la última queja barcelonista por esta misma causa: la temporada pasada en el Bernabéu reclamaron una zancadilla de Ramos a Adriano dentro del área poco antes del final del encuentro que le hubiera posibilitado el empate a dos.

Fuente: mediotiempo.com
Por esa razón, me parece más elegante y sincera la respuesta que dio Xavi tras el partido cuando le preguntaron por los lamentos madridistas: "¿Qué nos ha beneficiado el árbitro?. Mejor para nosotros". Esta aseveración refleja más nítidamente la realidad que las manidas frases de "son unos llorones" (Busquets)o "son las quejas de los perdedores" (Alves). Solo con regresar al último derbi de la temporada pasada en el Paseo de la Castellana se puede recordar la imagen de Piqué con las muñecas juntas elevadas al aire ante al colegiado por no haber pitado el penal a Adriano, mientras sus compañeros rodeaban a Perez Lasa con airadas protestas. Todos, sin excepción, se quejan cuando se siente perjudicados por las decisiones de los colegiados.

Pero los que deberían estar cabreados son los aficionados de ambos equipos con sus respectivos entrenadores, pues tanto Carlo Ancelotti como el Tata Martino evidenciaron su extremado conservadurismo, que normalmente va en detrimento del espectáculo y de los intereses de sus respectivas escuadras. El primero en lucir su miedo fue el técnico italiano del Madrid. La alineación de Ramos por delante de Varane y Pepe fue toda una declaración de intenciones de que su objetivo era destruir en lugar de crear, era intentar trabar las tradicionales correrías de Messi y Neymar por la medular. Y para lograr este supuesto beneficio para su equipo no dudó en prescindir de un mediocampista de los de verdad, que con la ausencia de Alonso es Illarramendi, un mediocentro que saca el balón jugado con criterio, que no tiene el olfato demoledor de Ramos, pero que nutre con pases ventajosos a sus delanteros. Seguro que Ancelotti fue consciente de su error cuando echó mano del vasco para hacer olvidar una primera mitad en la que los suyos apenas se acercaron con peligro por el área de Valdés. El regreso a la lógica de este deporte, forzado por el marcador en contra, le valió al Madrid una segunda mitad en la que se adueñó del choque y en la que convirtió al cancerbero azulgrana en el mejor de su equipo.

fuente: periodistasanonimos.com
Pero el áurea conservador no es propiedad exclusiva de Ancelotti, pues el Tata Martino ofreció otra importante ración de cobardía al retirar en el minuto 77 a Iniesta, el creador más inspirado de su equipo, para dar entrada al destructor Song. Es incomprensible que el técnico argentino sacara del campo al jugador que cada vez que enfilaba el área blanca, metía el miedo en el cuerpo a sus rivales, pues su capacidad de dar pases de la forma y por el lugar más inesperados es única en este deporte. Una vez más, la ganas de conservar el tesoro de un gol impidió seguir disfrutando sobre el césped de un jugador sin igual que mantenía a los suyos activos. Y lo peor de todo es que no es la primera vez que Martino evidencia que el albaceteño no parece llenarle. Ayer tenía donde elegir para dar entrada al mediocentro holandés, empezando por Xavi, mucho menos activo y acertado que Iniesta, y terminando por Messi, desaparecido casi todo el choque. Pero pesaron más lo galones que la lógica de lo que se estaba viviendo en el campo. 

Hay quien puede entender que las reacciones miedosas de ambos entrenadores está justificada, pues un Madrid que ha mostrado esta temporada disponer de una estructura muy frágil tenía que cubrir sus espaldas frente a un Barcelona campeón, líder y avasallador en su feudo. Pero con la variación dispuesta por Ancelotti, el técnico hizo público su temor y desarmó todavía más una estructura que necesita tiempo para fraguar. Además, dio alas a un Barcelona lejos de la excelencia de otras campañas, que se basa más en la dinamita de sus fantásticos jugadores que en el aplastamiento de la apisonadora bien engrasada que ha sido los últimos años. De momento, el Tata no parece haber aportado gran cosa a este equipo de leyenda. Muchas son las dudas que le quedan por disipar, incluido después de este clásico, que sacó adelante gracias al acierto de Alexis, a la falta de fortuna de Benzema y a los errores del colegiado.


PD. ¿Volverán los responsables arbitrales a meter en la nevera a Muñiz Fernández tras el garrafal error de este domingo de señalar un penalti a favor del Levante por una zancadilla de Víctor Sánchez sobre el Zhar medio metro fuera del área y que le dio los tres puntos a los valencianos? Seguramente no. Este clamoroso error ha pasado desapercibido para la mayoría del país. Si hubiera beneficiado al Madrid, como le pasó ante el Elche, no se estaría hablando de otra cosa.  
Aquí tenéis el vídeo: Video del error

Alejandro Posilio Fernández
Periodista
Blog: Posilio News
@aposilio
FB: www.facebook.com/PosilioNews


8 comentarios:

  1. El del sábado fue el peor Barça-Madrid de los cinco últimos años. menos fútbol que en todo este tiempo, con un equipo arrugado y otro conformista. Mal. Ni uno quiso hacer sangre por miedo, ni otro creyó nunca en poder ganar.
    Sobre el arbitraje, olvidas que el señor Sergio Ramos, en su línea, debió ser expulsado por segunda amarilla en el 47. Pero en los análisis arbitrales sólo tenéis en cuenta los penaltis no pitados. Y jugar todo un tiempo con uno menos, con el planteamiento ultradefensivo de Ancelotti, el Madrid no hubiera pisado el área azulgrana y por tanto no a lugar a que le escamotearan los dos penaltis.
    Sobre que estamos en época barcelonista y los árbitros le dan más que quitan, lee este artículo de El Economista: http://ecodiario.eleconomista.es/futbol/noticias/5261846/10/13/El-Real-Madrid-beneficiado-por-los-arbitros-en-seis-partidos-antes-del-Clasico.html.

    Garrafal lo de Muñiz. Pero es que es así de malo desde hace años y se mantiene porque Díaz Vega es su padrino de bautismo. Un mal que habría que erradicar del arbitraje como tantos otros, pero igual sólo quedarían cinco trencillas.

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    1. Rafa, de acuerdo en que ha sido uno de los peores clásicos de los últimos años. Respecto a lo de Ramos, hoy en visto en La Sexta las imágenes de la supuesta falta que le hace a Iniesta y por la que pidieron la segunda tarjeta amarilla, y se ve que no le toca. También han echado una plantilla de Messi a Marcelo, por la que, según el famoso Rafa Guerrero, debió ser expulsado directamente.
      En lo referente a lo del artículo del economista, lo ha debido escribir Gaspar (el ex presidente del Barça), pues, entre otras cosas, dice que la expulsión de Chiellini es injusta pero no dice que minutos antes no le sacó la primera amarilla por el penalti que cometió. Con lo cual, sería la segunda amarilla y a la calle. Tampoco dice que en el penalti a Bale en el Madrid-Málaga fue pitado en el descuento y cuando el Madrid y ganaba, luego no le dio ningún punto de más. En otros de los partidos de los que habla, el Madrid también solicitó otros penaltis que no pitaron. Es más, hoy también en Las Sexta han echado la clasificación que debería haber sin ayudas arbitrales, y el Barça debería ir tercero, a un punto del Madrid y a cuatro del Atlético.
      Por último, respecto a lo de Muñiz, lo que quiero decir es que es malo por naturaleza y no benefició al Madrid por ser madridistas, pues unas semanas antes benefició claramente al Barcelona ante el Sevilla. Y sus fallos a favor de los blancos repercuten mucho más que cuando es a favor de otros.

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  2. Completamente en desacuerdo con tus respuestas, no incidiré más en el tema. Pero aprovecho para hilar con ese dicho que indica que "decir cien veces una mentira no la convierte en verdad", resulta que no es del todo cierto, que SI LA REPETICION CONVIERTE EN HECHO PROBADO LA MENTIRA. Me refiero a lo del "robo" del Barça al Sevilla, apoyado en una sola acción, el gol anulado al Sevilla (falta según el reglamento) por falta de Cala sobre Alves. Resulta que eso ya es historia mediática porque presuntamente hubiera cambiado el resultado. Y se ignora interesadamente para sostener esa falacia que el Sevilla debió acabar los primeros 45 minutos con 9 hombres por las no-expulsiones de Vitolo y M'Bia, cantadas igualmente por esos medios en los que sostienes las otras teorías.
    Recordar selectivamente es faltar a la verdad.

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    1. Rafa, mis argumentos anteriores no pretenden convencerte, pues es imposible, al verlo desde puntos de vista diferentes. Los expongo para argumentar mi opinión.
      Respecto a lo de la repetición y las mentiras, no viene al caso, pues he visto el gol que le anularon al Sevilla y se ve claramente que no hay falta del jugador sevillista, pues salta antes y no se apoya sobre el del Barcelona. Además, el tanto de Messi en ese partido va precedido de falta del argentino, que agarra al defensa y lo desplaza hacia atrás. Con esto te quiero decir que cuando uno ve las jugadas y las juzga no es necesario que nadie le cuente como han sido. Respecto a lo de las expulsiones que te refieres, no se si eran merecedoras o no, pero ninguno de los medios que leí o vi las comentaron. Y no creo que todos sean madridistas irredentos, como sí los son aquellos que califican a equipos y aficiones rivales de llorones.

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    2. No se trata de ver las imágenes, se trata de conocer el reglamento. Y el reglamento dice que saltar sobre un rival es falta, se apoye o no, aunque en este caso es flagrante el apoyo.

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    3. Rafa, conociendo el reglamento, debemos haber visto imágenes diferentes, pues en las que yo contemplé varias veces, se ve claramente que salta antes que el rival sin apoyarse en él, con lo cual, nunca es falta.

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  3. Lo de Adriano no es penalti. Va resbalando y es imposible evitar ese contacto con la mano. Además no quiere darle, la intención es nula. Sería excesivamente riguroso. El empujón de Mascherano, sin duda. Pero ya vale de darles coba a estos futbolistas, sólo saben quejarse.

    Saludos.

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    1. Estimado JM Troy, lo de la voluntariedad de las manos es algo completamente subjetivo, pues donde tú no ves intención, yo sí la veo, con el objeto claro de no dejar pasar la pelota al espacio al que llegaba Bale. Por cierto, ¿solo se quejan los del Madrid? Te recuerdo el espectáculo que montaron la temporada pasada Piquet y sus compañeros cuando el árbitro se comió un penalti a Adriano en el Bernabéu. Piqué subía las muñecas enlazadas en señal de robo. Todos, sin excepción, se quejan cuando se equivocan en su contra.

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