La desaparición del Atlético de Madrid de balonmano, la renuncia del Caja Segovia a jugar la Liga de fútbol sala, la puesta en venta del equipo ciclista Euskaltel y el impago del ADO a deportistas de élite ratifican la desastrosa situación provocada por la crisis económica que ahoga a España
Fuente: golpedirecto.com |
Durante mi último viaje a Reino Unido, hace cuatro años, hubo numerosos ciudadanos que cuando se enteraron de que era español me hicieron la misma pregunta: ¿Qué hacen ustedes para ser campeones en todos los deportes? Eran tiempos en que España había ganado la Eurocopa de fútbol, el Mundial de baloncesto y el de balonmano, Nadal no hacía más que morder trofeos por todo el mundo, Alonso competía por el Mundial de Fórmula 1, Contador sumaba Tours y Gasol lucía anillos de la NBA. La extraordinaria imagen que los deportistas daban de este país hacía sentirse orgullosos a los afortunados que viajaban al extranjero por el motivo que fuera. España estaba en la cresta de la ola y así se reconocía en todo el orbe. La buena racha se ha prolongado durante algún tiempo, pues la Roja se hizo después con el Mundial y otra Eurocopa, la selección de baloncesto ganó la Europeo y tuteó a los dioses de la NBA en los Juegos de Londres, la de balonmano volvió a recuperar el cetro mundial y Nadal y Alonso continúan escuchando el himno cada dos por tres. Pero da la sensación de que todos estos triunfos obedecen a la inercia que produjo el chorro de energía y actividad que situó a este país entre los ocho más poderosos del mundo. Los nuestros son algunos de los deportistas más conocidos y mejor pagados del planeta Tierra, lo que sigue significando un inmenso orgullo para el país.