El inmenso mérito de las deportistas españolas

Los numerosos y destacados éxitos del deporte femenino durante los últimos años no se corresponden con el escaso número de mujeres practicantes de alto nivel que hay en el país ni con los pocos medios de los que disponen

Fuente: que.es 

Aunque los deportistas españoles que han convertido a este país en una potencia mundial en este sector son en su inmensa mayoría hombres (selecciones de fútbol, baloncesto, balonmano, Nadal, Alonso, Gasol, Lorenzo, Márquez, Contador...), el gran mérito actual del deporte patrio es el que están demostrando las mujeres en los últimos años. El sorpasso que consiguieron las chicas en los Juegos Olímpicos de Londres, donde sumaron 11 de las 17 medallas que alcanzó España, acaba de ser ratificado en los Mundiales de Natación de Barcelona, donde las 12 preseas obtenidas han sido colgadas en estilizados cuellos femeninos (sincronizada, waterpolistas y nadadoras). Toda una clara declaración de intenciones y de potencial.

Fuente: rtve.es

La relación de éxitos de las deportistas femeninas en los últimos tres años es inacabable. A los dos mencionados anteriormente, se le unen otros tan destacados como el oro de la selección de baloncesto en el Eurobasket, sumado 20 años después del primero de la historia, con el valor añadido de haber sido obtenido en Francia, ante la anfitriona y por un punto. Pero además, el futuro de este deporte no puede ser más esperanzador, pues si la selección sub 18 que celebrará próximamente el Eurobasket se proclamara campeona, sería histórico, pues los otros dos combinados de las categorías inferiores, sub 20 y sub 16, también lo han conquistado este mismo año. Ningún país ha logrado una hazaña igual en este deporte. Y la suma sigue. En los mundiales de Atletismo de Daegu de 2011, la única medalla fue obra de Natalia Rodríguez, bronce en los 1.500; en los de Moscú 2013, una de las dos medallas conseguidas fue obra de otra fémina (Ruth Beitia, bronce en salto de altura); mientras que en último Europeo de Goteborg, esta misma atleta alcanzó el oro e Isabel Macías la plata en 1.500. Los chicos sumaron otras dos.

Fuente: masdeporte.as.com

Incluso en fútbol, ellas comienzan a destacar, pues la selección española logró clasificarse por segunda vez en la historia para disputar la fase final del Campeonato de Europa, recientemente disputado en Suecia, donde cayó en cuartos ante la finalista Noruega. Es más, el futuro en este deporte también se vislumbra exitoso, puesto que en 2011, la rojita sub 17 se subió a lo más alto del podio en el Europeo, la misma situación que había repetido un año antes. Lo nunca visto. Y hay mas. La selección femenina de balonmano se alzó con el bronce en el Mundial de 2011 y ratificó su éxito un año más tarde en los Juegos Olímpicos, con otra medalla del mismo color. Y hasta en deportes minoritarios como el kite surf, la actuación de una española resulta gloriosa, puesto que Gisela Pulido se ha proclamado campeona del mundo en ocho ocasiones; en voley playa, la pareja formada por Liliana Fernádez y Elsa Baquerizo es la actual subcampeona de Europa; en hockey patines, el combinado español sumó en el 2011 su tercer entorchado europeo, además de lucir cuatro Mundiales; las leonas del rugby fueron segundas en el Europeo; en surf y en bodyboard, el combinado femenino español alcanzó el segundo mejor puesto en el Campeoanto de Europa; y las chicas del golf fueron plata en el Europeo absoluto de Austria y bronce en el sub 18 por equipos de Italia...

Fuente: cadenaser.com

Y todo esto se han producido en época de crisis, cuando los recursos escasean y las federaciones no tienen ni para pagar los viajes a sus deportistas a las grandes competiciones internacionales. Por ejemplo, llama mucho la atención que las nadadoras de sincronizada hayan añadido siete preseas en el último Mundial, mientras que la Federación ha reducido de manera importante los recursos de los que disponen y ellas han tenido que participar en la promoción de su actividad para incrementarlos. Algo parecido ha pasado con la selección de waterpolo, que obtuvo el oro en el Mundial con una media de edad de 21 años, combinado que también consiguió el metal dorado en el Mundial junior y la plata en los Juegos Olímpicos de Londres. Lo patente es que las deportistas de este país han sabido adaptarse mucho mejor a las vacas flacas que los chicos. Sus éxitos no son ni mucho menos residuales ni fruto de la casualidad. Al contrario, obedecen al trabajo bien hecho y planificado (esto sí es mérito de la federaciones), y a su mayor capacidad de sacrificio y actitud competitiva. No hay duda de que últimamente demuestran un mayor talento emergente y una entrega más profunda en el deporte de alta competición.

Fuente:paperblog.com

Aunque el deporte dejó de ser cosa de hombres hace ya bastantes años (en los primeros Juegos Olímpicos solo participaron hombres), todo este esfuerzo y esta retahíla de grande resultados no están teniendo correspondencia ni por parte de las autoridades políticas ni deportivas ni de los medios de comunicación, ni siquiera de la sociedad, que no ofrece el mismo interés por los éxitos de ellas que por el de ellos. Así, mientras que el Rey suele acudir a la final de la Copa de fútbol que lleva su nombre para entregar el trofeo al ganador, a pesar de las pitadas y abucheos que ha tenido que soportar varias veces, ni la monarca Sofía ni la princesa Letizia hacen lo mismo en la Copa de la Reina femenina, pues la Casa Real no lo considera un evento de prestigio. De igual forma, es difícil ver a cualquier político visitando el trabajo de estas forjadoras de metales, salvo cuando los cuelgan de su cuello, momento en el que entonces sí pierden el culo por inmortalizar la ocasión. Solo el programa ADO, que financia a los deportistas de élite, actúa equilibradamente al abonar la misma beca a chicos y a chicas, cosa que no hacen todas las federaciones. 

Fuente: elpais.com

Y más culpa soportan todavía los media, para quienes el deporte femenino no es noticia ni cuando hace historia. El último ejemplo fue el de la selección femenina de baloncesto, cuyo triunfo en el Europeo no abrió ningún medio de comunicación. Y otro: la final de la Copa de Europa de clubes de baloncesto que ganó el Perfumería Avenidas fue retransmitida en diferido. Las excusa que ponen siempre sus responsables es que ellos publican lo que la gente quiere leer, escuchar o ver. Lo que no es del todo cierto, pues ellos también hacen mucho por que se consuman determinados contenidos. No hay manera de que estas exitosas deportistas encuentren un hueco en televisión, lo que facilitaría la llegada de patrocinadores. Y estos no se quedan al margen, pues no esconden su carácter machista. Si las empresas que invierten en deporte son cada vez menos y aportan menos cantidad por la dichosa crisis, cuando se les plantean proyectos con ellas como protagonistas, ni los estudian. La Liga de fútbol femenina lleva más de tres años en busca de patrocinador que dé nombre al campeonato, entre otras contraprestaciones, y no hay forma. Y la inversión necesaria no es millonaria.

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La desgracia de esta situación se acentúa cuando lo que realmente llena páginas de periódicos y minutos de televisión son las polémicas creadas por los directivos que se creen creativos al proponer ropa más ajustada para que las chicas marquen las curvas durante su actividad física, con el objetivo de atraer más espectadores. Ha sucedido en baloncesto, voleibol, fútbol y balonmano. Este tipo de medidas no solo resultan indignantes para cualquier ser humano, sino que, aunque la respuesta del público fuera positiva, nunca deberían llevarse a cabo, porque banalizan el esfuerzo y el mérito de unas deportistas que disponen de otros muchos momentos para lucir su figura, y no en ese preciso instante en el que evidencian su gran valía. Y siempre con la burda excusa de que el deporte suele masculinizar a las mujeres. Existen numerosos ejemplos de que eso es una chorrada.

Fuente: rtve.es

El enorme éxito que están teniendo ellas no se corresponde con la precaria situación en la que se encuentra el deporte profesional femenino, en el que casi es imposible vivir de esta actividad (la que lo logra es porque emigra al extranjero), y el amater, donde las condiciones idóneas de participación son mucho menores que de las que disponen ellos. Ni siquiera guardan relación con el número de practicantes, puesto que si las chicas lograron el 65% de las medallas en los Juegos de Londres y el 100% en el Mundial de Natación, solo representan el 20,4% del número de licencias federativas, frente al 79,6% de los chicos, según datos del Consejo Superior de Deportes (CSD). Para ser más preciso, con solo 600 licencias federativas de nadadoras de sincronizada, España es la tercera potencia mundial en este deporte. Estos datos dan todavía más lustre al descomunal mérito de ellas, pues son pocas, pero muy buenas.