La política oscurantista de la FIFA y la hipocresía de los aspirantes ha provocado que este otrora prestigioso premio esté siempre bajo sospecha de tongo y solo mantenga cierto interés comercial
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Fuente: blogmundodeportivo.com |
Cristiano Ronaldo se ha llevado el Balón de Oro 2013. ¿Quiero esto decir que es el mejor jugador del mundo? El año pasado puede que sí, pues sus números son incuestionables: 69 goles en 58 partidos. Pero este galardón no va a hacer cambiar a nadie de opinión: la gran mayoría de madridistas seguirán pensando que es el número uno, mientras que la totalidad de barcelonistas tienen claro que Leonel Messi está en lo alto de la pirámide. Y al resto de aficionados: les da igual. Y esto obedece principalmente a que el oscurantismo de la FIFA, organización que entrega este premio, ha devaluado este laurel enormemente, pues las acusaciones de existencia de tongo se producen una año sí, y al otro, también, dando igual quien se lo lleve. Y no será que hoy en día no existen mil y una maneras de llevar a cabo una votación libre y limpia de sospechas. Pero al máximo órgano del fútbol mundial le traer al pairo que le acusen de ser una banda de mafiosos que solo se rigen por los grandes beneficios económicos que le producen este tipo de actos. Si a esto se le une el rédito que obtienen los medios de comunicación al abonar la polémica y, sobre todo, el deseo de los patrocinadores de los jugadores que optan a este laurel para vender mejor su productos, se puede entender a quién cautiva este tipo de acontecimientos.