Las reticencias de Susaeta a pronunciar la palabra España pueden denotar cierto temor a la reacción de parte de la afición del Athletic, pero nadie debe pasar un examen de españolismo para formar parte de un combinado nacional
Fuente: abc.es |
Las declaraciones del centrocampista del Athletic de Bilbao Markel Susaeta, en las que utilizó la palabra "cosa" en lugar de decir "selección" o "España", durante la rueda de prensa que ofreció tras ser convocado por primera vez por el preparador nacional, Vicente Del Bosque, para formar parte de la selección española de fútbol, han vuelto a evidenciar las múltiples sensibilidades que hay en este país de sentirse español.Y la gama de reacciones van una vez más desde los que se sienten muy ofendidos en su hondo patriotismo porque consideran que es una ofensa llamar "cosa" a una nación histórica como la española, hasta los que hubiesen preferido que el joven eibarrés hubiera renunciado a su participación en el equipo de todos para evidenciar que su RH es vasco, y solo vasco.
En primer lugar, hay que reconocer que el chaval se equivocó. Posiblemente, su timidez y su falta de experiencia en estas lides, según afirman los que le conocen, le llevaron a elegir equivocadamente el término, pues literalmente respondió así a una pregunta sobre la escasa trascendencia del partido amistoso contra Panamá: "Representamos... a una cosa, que... bueno, tenemos que darlo todo y respetar bajo todos los conceptos". Está claro que no quiso decir la palabra "España" y que no supo echar mano del manido "selección" que utilizan otros integrantes del actual combinado nacional para solventar lo que para ellos puede ser un problema en su tierra.
Pero los motivos por los que cometió este error puede ser varios. Si realmente Susaeta, nacido en 1987 en la localidad guipuzcoana de Éibar, es un abertzale que detesta todo lo que tenga que ver con España (que no parece ser el caso), seria mucho más honesto, con él mismo y con los demás, que renunciara a formar parte de una organización que representa todo aquello que el odia. No sería el primer jugador que afrontara con valor esta renuncia. Hacia 1996, el defensa del Compostela José Antonio Fernández Palacios (Foz, 1967), dejó muy claro que "ni le interesaba ni le apetecía" formar parte del equipo que por aquel entonces dirigía Javier Clemente. Después, en 1976, el portero José Ángel Iribar (Zarauz, 1943) reconoció que no se sentía español, aunque ya había participado en 49 ocasiones con la selección nacional, y dejó de ser convocado. Y el caso más reciente es el del defensa barcelonista Oleguer Presas (Sabadell, 1980), quien en 2005 acudió a una jornada de convivencia con otros aspirantes a la lista definitiva de Alemania 2006, y como se mostró muy crítico con el Estado español, no volvió ser llamado por Luis Aragonés.
Si el joven león perteneciera a este colectivo, no solo sería deshonesto, sino que, a la vez, se le podría calificar de cínico, pesetero y ventajista, pues solo buscaría ganar dinero y prestigio en el mercado del fútbol, a cambio de ocultar sus principios en el baúl de los daños colaterales. En este caso, la selección española ejercería de simple caja registradora, que le serviría para llenar la cuenta y con ello, por ejemplo, sacar a sus padres de trabajar o residir en un magnífico caserío.
Fuente: hispanismo.org |
Y por último, este nueva estrella del fútbol vasco puede que se sienta euskal erritarrak (nacido en Euskadi) y euskaldum (vascohablante), pero no rechace formar parte de una España (o Estado español, si gusta más), que le acepta cómo es, con sus peculiaridades y diferencias; un Estado plural, abierto, y en el que todos los que buscan mejorar personal, social y económicamente tienen cabida. Pero si es de estos, probablemente tenga reparos para pronunciar la palabra España por las consecuencias negativas que esto le puede causar en su tierra, que pueden ser muy parecidas a las que está sufriendo su compañero Fernando Llorente a manos de parte de una afición extremista, que no para de abuchearlo e insultarlo calificándolo de "español" porque no quiere seguir en el Athletic. Si es de estos, entiendo sus reticencias, pues no resulta nada agradable soportar las iras de miles de energúmenos que no ven mucho más allá de sus fronteras.
Lo que debe de quedar muy claro es que para ser integrante de cualquier selección española no hay que pasar ninguna prueba que determine el nivel de españolismo que lleva dentro, pues se puede sentir de muy distintas maneras y grados. De hecho, el equipo de todos es un buen ejemplo del éxito de un proyecto nacional que soslaya las diferencias para concentrar la energía en la consecución de un objetivo común. ¿O son menos españoles los miles de inmigrantes que hoy integran el Ejercito español y que corren el peligro de perder su vida (alguno ya la ha perdido) por defender lo que esta España representa?
Resulta mucho más "patriota" llenarse la boca con palabrería barata sobre "Espppppppaña" y luego llevarse a paraisos fiscales el dinero ganado representando a ese país al que dicen que aman...
ResponderEliminarCarlos, comparto contigo la opinón de que aquellos que se llevan su dinero a paraísos fiscales suelen ser los primeros a los que se les llena la boca de patrioterismo hipócrita. Por eso debería conocerse la lista de estos defraudadores...
EliminarDesde luego la exposición es muy buena, como siempre. Totalmente deacuerdo en que no hay que sentirse español para representar a una selección (no todos son como Ibaka, perdón Ikea), pero si aceptas a representarla, cosa que es voluntaria, debes de admitir sus reglas de juego y en cualquier caso no se debe llamar "cosa". Aunque igual que tú estoy convencido de que el chaval no quiso ofender a nadie.
ResponderEliminarJaime, me alegra estar de acuerdo contigo, pues sueles hacer gala de mucha sensatez, encima de una manera alegre y festiva.
EliminarEstoy de acuerdo contigo en casi todo, ahora bien, sin entrar a valorar lo que piensa ese crack del futbol llamado Susa eta, no entiendo que un futbolista integre la selección de un pais que no siente como suyo, cuando es voluntario, y si no hace público su negativa y lo participa al entrenador como hizo ese otro fenómeno llamado Oleguer, de manera privada, no pasa nada. Ahora bien como todos tenemos unos principios y si no gustan los cambiamos, a mi si me pagan 20000 euros como los que se llevo Susa eta, por jugar un partido con el Barça al terminar el partido salgo incluso con la estalada y soy del Barça desde que naci como ese otro crack llamado Alfonso Perez.
ResponderEliminar¿Te imaginas que un jugador de USA dice lo que dijo Susa eta y llama cosa a la selección americana?
Juan Luis, existen muchas maneras de sentir un país como tuyo. De ahí que sea partidario de no hacer examen de españolidad a nadie. Aunque sí lo que se siente es odio por ese país que rechazas de plano,lo más honesto me parece no acudir a sus selecciones. Pero las compensaciones son tan enormes mercantilísticamente hablando que una gran parte cambia sus principios momentáneamente por otrós más dúctiles.
EliminarUna vez más, se mezcla la política con el deporte. Respeto (pero no comparto) que no se sienta español. En ese caso, y dando por hecho que fuera así, debería renunciar a formar parte de un combinado que representa un país.
ResponderEliminarSin embargo, me surge otra cuestión. Si muchos de los jugadores del Athletic de Bilbao o Barcelona no se sienten español, ¿qué hacen jugando en la Liga BBVA? Y no me vale el discurso económico. Si no simpatizas con unos colores, no formes parte de ellos.
Por cierto, enhorabuena por el artículo ;)
Estimada Marta, pedirles a los jugadores vascos o catalanes que no se sienten españoles que no jueguen en la Liga BBVA porque esa misma causa es como exigirles que se marchen del país en el que han nacido y viven, aunque no se sientan de él. Han nacido aquí y tienen todo el derecho a vivir y trabajar, incluso a pensar y decir que no se siente de aquí. Hay muchos españoles, yo diría que la mayoría, que no simpatizan con su trabajo o con su jefe, y no por ello lo dejan. Creo que no son cosas incompatibles. Ahora bien, estoy de acuerdo contigo en que si no se sienten españoles, deberían renunciar a la selección, pues estar en el combinado nacional es un premio a su bienhacer en el trabajo y representa algo más que un equipo determinado.
EliminarSaludos, Valentin.
ResponderEliminarHola Alex;
ResponderEliminarAl final yo creo que esta batalla de sentimentalismos por una bandera, color o escudo tanto de una seleccion nacional como de un club para mi dejaron de existir hace mucho tiempo, esto es un mercado laboral, aqui el trabajador (jugador) tira para el lado que mas le llena la cartera y de vez en cuando hace algun alarde de barcelonista, madridista o español para que el pueblo le aclame y siga pensando ole sus huevos encima de jugar bien es mas del madrid o mas español que yo.
Yo si España quiere seguir al mismo nivel, no me lo pensaria y me llevaria a Messi si mañana dice que tiene un tatarabuelo de Bollullos Par del Condado.
En fin creo que los jugadores han entendido de que va esto del futbol profesional en estos dias que corren, pero los aficcionados todavia viven anclados en la epoca en que solo jugaban dos extranjeros por equipo.
Un saludo Alex, nos vemos en las canchas
Jaime, en primer lugar, gracias por tu primer comentario en este blog. Y respecto al su contenido, decirte que, sin duda, lo que manda en este mundo es el mercado, y los jugadores son los primeros que se sienten del equipo que les paga, como es lógico. No pasa lo mismo con los aficionados, pues estos se mueven por sentimientos, y uno puede cambiar en esta vida de todo, menos de equipo. Y este sentimiento no se puede modernizar.
EliminarSi queremos decir cosa, digamos cosa.
ResponderEliminarSi queremos decir España, digamos España.
Tenemos un idioma muy completito, así que utilicemos las palabras que expresen mejor lo que queremos decir.Si no, acabaremos llamando a las crisis económicas "desaceleraciones aceleradas", a las subidas de impuestos "reajustes discretos de la realidad impositiva", mirusté, o diremos que las directrices económicas no están escritas en bronce (¿alguien lo entiende?)
Carlos (Blas).
Carlos, no siempre es fácil elegir la palabra que mejor describe lo que queremos decir, pues no son matemáticas, y existen muchos matices. Estoy de acuerdo en que hay que llamar a las cosas por su nombre y no utilizar metáforas que solo sirven para confundir. Pero creo que en el caso que no asiste, la no utilización de la palabra España obedece a cierto temor, que explico en el artículo. Eso es lo que le hace meter la pata de la manera que Susaeta lo hizo.
EliminarLos periodistas son plastas pero forman parte del circo...y el chico se metió en el lío él solo. Con todo, parece más fácil aguantar críticas de periodistas "españoles" al acoso abertzale ¿no?.
ResponderEliminarVivir en el País Vasco y ser consecuente requiere un extra de coraje que, en tiempos de valores huecos y analfabetismo cívico en esta España inculta, no podemos esperar que un chico de nombre Markel sea la grata excepción que confirme la regla.
Lo triste es que el chico no será ni una cosa ni otra. Como el resto de sus compatriotas, dejándose llevar por la corriente pensante del entorno amorfo en el que ha crecido, ésta habrá terminado por ahormar su identidad para acabar llamando "cosa" a la selección, con cierta ternura. Desgraciadamente, ya no hace falta declararse un valiente "gudari" sino que basta con infiltrarse en el parlamento, en los ayuntamientos y por supuesto, en la selección, para hacer más daño haciendo menos ruido. En definitiva, siendo más efectivo.
Pues es verdad, el "proceso de paz" es irreversible...Al nacionalismo vasco ya no le sirve una banda armada. Tienen de sobra.
Pititi, aunque ya no hay violencia en el País Vasco, todavía tienen que pasar muchos años para que la normalidad sea absoluta y cada uno pueda defender sus ideas sin tener miedo de los que han practicado las agresiones durante decenios. Por eso, todavía es comprensible el temor a no expresarse con libertad.
EliminarYo creo que este chico se ha metido en un berenjenal por tímido e inexperto. Uno con más labia sale del paso sin problemas. Lo que está claro es que los jugadores catalanes del Barça y los vascos están en su relación con la selección entre la espada y la pared. Con independencia de lo que piensen politicamente, están como profesionales encantados de competir en Eurocopas y Mundiales, a lado de y contra jugadorazos. Y no solo el placer de competir, también su cotización está en juego. Luego claro, no pueden ser muy expresivos en sus comentarios respecto a España, y no digamos ya lucir nuestra bandera, porque les brean en sus regiones de origen. Esta situación los veteranos la manejan bien, con ambiguedad calculada y frases estudiadas, pero este pobre pardillin...
ResponderEliminarManolo, estamos de acuerdo al cien por cien. Es cuestión de experiencia. Si este chico continúa en la selección, aprenderá y sabrá manejarse en esta situaciones.
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