Las autoridades españolas no se atreven a sancionar por dopaje a la mejor atleta española, mientras que la Justicia deja casi impune la infamia cometida por los responsables del falso equipo de discapacitados enviado a los Juegos de Sydney en el 2000
España es una potencia mundial en el deporte. El nivel general de sus deportistas están muy por encima de la media del país. Sin embargo, últimamente se están conociendo algunos casos que sonrojan, incluso al más desvergonzado, por la falta de honradez de sus protagonistas y la ausencia de la más mínima ética en los encargados de impartir justicia. Son dos casos que han aparecido en los medios de comunicación, pero de pasada, sin profundizar en ellos, no vaya a ser que se saquen los colores a este país de pandereta que a veces demostramos ser. La ausencia de una decisión por parte de las autoridades deportivas en el caso de acusación por dopaje a Marta Domínguez y el mínimo castigo impuesto a los responsables del falso equipo de baloncesto de discapacitados enviado a los Juegos Olímpicos del 2000 ahondan un poco más nuestras miserias, ratifican una carencia de ética asombrosa en este país y dañan todavía más nuestra imagen internacional de pueblo permisivo con los que infringen las leyes. Algo que se está convirtiendo en norma después de las polémicas sentencias y decisiones judiciales en casos tan dañinos como las operaciones Puerto y Galgo.
La sombra de la sospecha persigue a la senadora del PP Marta Domínguez desde hace ocho años. La mejor atleta española de todos los tiempos se ha visto involucrada en las dos operaciones policiales más importantes de este país en la lucha contra el dopaje. Y de ambas ha salido indemne gracias al complejo entramado del sistema español contra el consumo de drogas en el deporte. La primera vez que su nombre apareció relacionado con esta lacra fue en la operación Puerto. Una de las bolsas de sangre incautadas en los registros llevaba el nombre de su perro, Urco, y se conoció su relación con el médico Eufemiano Fuentes, conocido popularmente como el doctor pastillas. Pero como en el 2006 la legislación española no consideraba delito el dopaje, no se pudo identificar la sangre incautada. Libre por los pelos, siguió compitiendo y ganó la medalla de oro en los 3.000 metros obstáculos en los Mundiales de Atletismo del 2009 en Berlín. Pero al año siguiente, la senadora Domínguez fue detenida por participar en una organización para el tráfico de sustancias dopantes. La policía registró su casa en el marco de la operación Galgo y su reputación quedó por los suelos. Pero defectos de forma en la obtención de la pruebas y una hábil defensa sirvieron para exculpar a la palentina, a pesar de que en el auto se insinuaba que podía haber consumido sustancias dopantes.
Fuente: teinteresa.es |
Y si este episodio ruboriza, el de los falsos paralímpicos abochorna. Esta semana se ha sabido que Fernando Martín Vicente, que dirigía en el año 2000 la Federación de Discapacitados Intelectuales, solo ha sido condenado al pago de 5.400 euros de multa y la devolución de 140.000 que cobró en subvenciones fraudulentas para el organismo que dirigía, por haber enviado a los Juegos Olímpicos de Sydney un equipo de baloncesto en el que solo había dos jugadores discapacitados. Los ocho miembros del comité de Elegibilidad (los que aceptaron falsificar los papeles necesarios para que los jugadores pasaran por discapacitados) y los diez falsos jugadores con capacidad intelectual disminuida han sido absueltos tras llegar las partes a un acuerdo y aceptar para Martín Vicente un delito continuado de falsedad en documento oficial y otro de estafa. Este delincuente abandonó la Audiencia Provincial de Madrid por la puerta de atrás y en un BMW con chófer y otro coche de seguridad.
La trampa se destapó gracias a que uno de los jugadores era un periodista que sabía que esta Federación había actuado otra veces de manera tan deshonesta. Le aceptaron en el equipo y al llegar a Madrid lo contó todo en la revista Gigantes del básket. Los miembros del equipo español llegaron a Barajas con la medalla de oro colgada al cuello. Solo los dos jugadores que tenían su correspondiente certificado real de minusvalía dieron la cara ante la prensa. El resto, con gafas de sol y barba para intentar pasar desapercibidos, se quedaron en segundo plano. Incluso en Sydney, la Infanta Elena les vistió para darle la enhorabuena. Es más, cuando llegaron al hotel de dicha localidad australiana, los jugadores apenas rellenaron sus fichas para no revelar la realidad. Todo un deshonroso montaje simplemente para recibir mayores subvenciones. El Comité Paralímpico abrió una investigación e impulsó el juicio al comprobar que todo era verdad. Los jugadores tuvieron que devolver sus medallas. Y ahora, ¡13 años después!, se produce este castigo venial, que solo aumenta la podredumbre de unos de los episodios más lúgubres del deporte español.
Las decisiones de las autoridades españolas para proteger a los miembros podridos de este país, así como las sentencias veniales e injustas dictadas por los tribunales cuando los delincuentes son juzgados, no hacen sino que emponzoñar más las cloacas de un Estado que necesita grandes corrientes de honestidad para contrapesar tamaña indecencia despreciable. Visto que tanto impresentables es capaz de dormir a pierna suelta a pesar de su ruindad, es necesario que las autoridades políticas y deportivas muestren responsabilidad, honestidad, rectitud y decencia. Porque si no lo hacen, estamos destinados a ser un país de truhanes, donde los pícaros y los desvergonzados campeen a sus anchas e, incluso, sean visto por muchos como listos e inteligentes. No es de recibo que en España se aplauda a los vagos y defraudadores. O cambiamos de mentalidad y actitud ante tanto escarnio, o estamos abocados a revolcarnos sin límite en nuestra propia mierda.
Fuente: abc.es |
Las decisiones de las autoridades españolas para proteger a los miembros podridos de este país, así como las sentencias veniales e injustas dictadas por los tribunales cuando los delincuentes son juzgados, no hacen sino que emponzoñar más las cloacas de un Estado que necesita grandes corrientes de honestidad para contrapesar tamaña indecencia despreciable. Visto que tanto impresentables es capaz de dormir a pierna suelta a pesar de su ruindad, es necesario que las autoridades políticas y deportivas muestren responsabilidad, honestidad, rectitud y decencia. Porque si no lo hacen, estamos destinados a ser un país de truhanes, donde los pícaros y los desvergonzados campeen a sus anchas e, incluso, sean visto por muchos como listos e inteligentes. No es de recibo que en España se aplauda a los vagos y defraudadores. O cambiamos de mentalidad y actitud ante tanto escarnio, o estamos abocados a revolcarnos sin límite en nuestra propia mierda.
No se me ocurre exponerlo mejor.
ResponderEliminarEn este país (?) sale muy barato ser un mentiroso o un corrupto sobre todo si estas bajo el paraguas del poder politico.
Así es Rafa. Es una lástima, pero en este país no se castiga a los corruptos, ni judicial ni socialmente.
EliminarEl problema de estos casos, como bien dices, no es que haya delicuentes (siempre habrá quien esté fuera de la Ley) sino que la justicia no haga su trabajo con la diligencia y el rigor debido.
ResponderEliminarEsto es algo necesario en este mundo del deporte donde deberíamos unir a los valores del esfuerzo, la superación , el trabajo en equipo, etc unas medidas ejemplares para desenmascarar a los tramposos. A ver si con denuncias como estas lo conseguimos. DEPORTE LIMPIO YA!!
No estaría mal, Carlos, que la justicia se diera cuenta de que tiene que castigar a los corruptos para que los posibles delincuentes se den cuenta de que no sale gratis delinquir. Y lo de los políticos es otro cantar, pues entre ellos no se pisan el rabo.
EliminarEn este país nunca pasa nada. ¿Dimite alguien?. ¿Devuelve el dinero que robó alguien?.
ResponderEliminarDe momento no tengo pensado delinquir. Bueno si siguen tocándonos las pensiones de jubilación quien sabe.... En ese caso en vez de abogado defensor pido que me defienda un fiscal anticorrupción .Y eso que siendo un humilde pensionista a lo peor el fiscal no me quiere defender y me acusa. ¡Vaya usted a saber!
Alejandro: Amén . No se me ocurre ninguna objeción a tu magnífico escrito.
M.Vela
Gracias, Manuel. Esperemos que no te veas abocado a delinquir, porque seguro que si eres un ciudadano normal, entonces el castigo es ejemplar.
EliminarLo de los 13 años "de espera" después de que saliese publicado hace años en la revista de baloncesto y en la revista Capital.... sin que los medios "generalistas" quisiesen "pescar" el tema es también paradigmático del estado de los medios de comunicación españoles: o se lo filtra alguien -con interés de parte- o no se enterán de "ná". Carlos del Hoyo
ResponderEliminarYa lo creo, Carlos. Si tener que esperar 13 años para una sentencia me parece indignante y la justicia es menos justicia, lo de los medios de comunicación es más que preocupante. Parece que forman parte del tinglado montado por unos pocos y no quieren que se acabe.
EliminarLo de Marta Dominguez aun es un supuesto dopaje, creo, por lo que habria que darle el beneficio de la duda pero lo de los paralimpicos... En cualquier pais civilizado estos "heroes" falsos saldrian en los periodicos con su foto, su nombre, donde viven y donde trabajan. No se que por que no sucede eso en Espa/a. El que la hace debiera de pagarla.No es de recibo que se sancione solo al que los selecciono.
ResponderEliminarQuerido Juan Carlos: Lo de Marta Domínguez ya no es un supuesto caso de dopaje. Tras haber estado involucrada en los dos casos más famosos del dopaje en España, con detención y registro de su vivienda incluidos, ahora es la Federación Internacional de Atletismo la que ha solicitado cuatro años de sanción por haber descubierto dopaje en su pasaporte biológico. Son demasiadas evidencias de que no está limpia. A otro u otra cualquiera ya los habrían castigado. Respecto a lo de los baloncestistas paralímpicos, estamos de acuerdo en que es una auténtica vergüenza que solo se castigue,y poco, al cabecilla, cuando había muchos más implicados.
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