Ni siquiera los más forofos deberían apoyar a los numerosos dirigentes de los clubes sentenciados por la justicia, siendo el último el del club hispalense
(Tras poco más de un mes sin poder escribir mis artículos por causas laborales, vuelvo a la carga)
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Fuente: rtve.es |
El presidente del Sevilla, José María del Nido, abandonó el lunes 9 de diciembre la presidencia del club entre aplausos de sus incondicionales, como si dejara el cargo por una enfermedad o porque se jubilara. Pero nada más lejos de la realidad. El mandamás sevillista estaba obligado a cesar en su puesto tras ser condenado por el Tribunal Supremo a siete años de cárcel por malversación de fondos y prevaricación en el caso Minutas. Es decir, el responsable del club hispalense dejó de ser un presunto corrupto para convertirse en un condenado, en un delincuente. Y, a pesar de ello, ofreció una rueda de prensa multitudinaria rodeado por los miembros más destacados de la entidad y algunos representantes de la sociedad sevillana, abandonando su responsabilidad en olor de multitudes, como si se estuviera cometiendo una injusticia con un pobre hombre. Pero la realidad es muy distinta, pues Del Nido ya fue condenado en primera instancia por la Audiencia Provincial de Málaga a siete años y medio de cárcel por este caso, y ahora ha sido el alto Tribunal el que ha ratificado la condena, reduciéndola en seis meses porque considera que el castigo por el delito de fraude del que también se le acusó inicialmente está ya incluido en el de malversación continuada. Y la pregunta que deberían responder los presentes en dicha despedida es: ¿A pesar de la firme sentencia, siguen apoyando al condenado Del Nido? Si la respuesta fuera positiva, sería nefasto para todos.