Fuente: uefa.com |
De mayor me gustaría ser como Del Bosque. Lo digo con un cierto conocimiento de lo que significa peinar canas. Este salmantino bonachón es un fiel ejemplo de lo que es la mesura y la templanza, dos cualidades que apenas se identifican hoy en día en el mundo del fútbol, ni en la sociedad actual, donde se imponen la charlatanería y la prepotencia. Suele ser así porque estas actitudes llenan más páginas de periódicos y numerosas horas de radio y televisión.
Más de una vez he utilizado como ejemplo ante mi hijo la sensatez que desprende una vez sí y otra también el actual seleccionador nacional en todas sus declaraciones. Mi descendiente, que es joven e impetuoso, no lo ven tan ejemplar, y a veces le acusa de ser blando y no imponer sus criterios. Aunque he de hacer público que mi vástago ya ha reconocido que, con la filosofía que desprende este gentelman, suele conseguir lo que se propone, que en el fondo es lo importante.