Casillas y Xavi , un ejemplo para los políticos

La concordia entre el madridista y el barcelonista demuestra que la máxima rivalidad no debe impedir los acuerdos para superar la crisis económica y el riesgo de ruptura del Estado

Fuente: rtve.es

Hace unos días, el portero del Real Madrid Iker Casillas y el centrocampista del Barcelona Xavi Hernández recibieron en el teatro Campoamor de Oviedo el premio Príncipe de Asturias del Deporte 2012. El jurado consideró que estos duros oponentes, y sin embargo colegas en la selección española, simbolizan igualmente los valores de la amistad y el compañerismo más allá de la máxima rivalidad de sus respectivos equipos, posiblemente una de las más intensas del mundo. Los organizadores del prestigioso premio resaltaron que su comportamiento es un modelo para los jóvenes. Y yo añado que debe serlo no solo para ellos, sino todavía más para los políticos de este país, quienes deberían aprender que, a pesar de las diferencias, la concordia y el acuerdo siempre producen mayor bienestar para la ciudadanía que la divergencia y la desunión. Pero no parece que lo tengan claro.

Esta filosofía de vida la deberían asumir los políticos españoles por el bien de todos, tanto para salir de la grave crisis económica que amenaza con romper la paz social de este país, como para superar el riesgo de ruptura de un Estado que lleva siendo tal desde que este sistema político se definió allá por los siglos XV y XVI. Es de necios pensar que en situaciones tan peligrosas como la que están sufriendo los españoles hoy se sale imponiendo el punto de vista de una parte. La enemistad y la rivalidad mal entendida solo pueden dar paso al odio y la venganza, y estas dos características son fanáticas consejeras a la hora de elegir el camino correcto para superar momentos de gran apuro, como los actuales.

Fuente: elconfidencial.com

Iker y Xavi simbolizan a los dos clubes con más seguidores de este país, cuya rivalidad es centenaria, hasta el punto de que han llegado a representar a las famosas dos Españas de tan infaustos recuerdos, puesto que casi todos los españoles se alinean con uno u otro club, aunque todavía quedan algunos irreductibles que ven a ambos como enemigos. Se puede ser del Valencia o del Betis, pero a la vez se prefiere al Madrid o al Barcelona. Y esta simbología llevada al extremo ha servido para identificar al club blanco con la España unitaria, y al azulgrana, con la Cataluña independentista. Pero esta pareja de adversarios, que mantienen una estrecha amistad desde que ganaron el Mundial sub-20 en Nigeria en 1999, ha mostrado una actitud conciliadora que ha limado las tradicionales diferencias entre jugadores, entrenadores, directivos y aficiones de ambas entidades. Y de ello se ha beneficiado indefectiblemente la selección española, que podría representar con tino a la ciudadanía de este país.

Por ello, las autoridades españolas, es decir, Rajoy, Mas y Rubalcaba, entre otros, están obligadas a tomar nota de esta posición e intentar por todos los medios encontrar acuerdos con los principales partidos de la oposición y fuerzas sociales, para salir conjuntamente del descenso al infierno de la pobreza en el que han caído millones de españoles, así como con las autoridades catalanas, en este caso para solventar las diferencias que existen entre sus distintas concepciones del Estado. Eso es lo que hicieron Casillas y Xavi cuando los enfrentamientos entre el Real Madrid y el Barcelona se saldaban con peleas y agresiones por doquier, lo que ofrecía una penosa imagen de ambos clubes y del fútbol español al mundo entero. Hablaron y encontraron los elementos que les unían, lo que sirvió para que la selección se proclamara de nuevo Campeona de Europa, así como para que los últimos duelos entre madrileños y catalanes acaben con respetuosos saludos y algunos abrazos, sea cual sea el resultado final.

Fuente: muchomundial.com

Es necesario resaltar que esta sana relación ha pasado por momentos complicados. En la mente de muchos está la agria discusión que protagonizaron en el partido que se disputó en el Camp Nou durante la Supercopa del año pasado, en el que se produjeron distintas agresiones, entre ellas la del Mourinho a Vilanova al meterle el dedo en el ojo. Pero, como ambos señalaron, hasta los mejores matrimonios viven momentos de tensión. Muchas veces azuzados por un tercero en discordia, léase el entrenador portugués del Madrid en este caso, que hizo todo lo posible porque el divorcio se fraguara. Pero lo importante es no dar el portazo a las primeras de cambio y mantener vivos los lazos que asemejan. Con esa actitud, todos hemos salido ganando. Y si los políticos españoles son incapaces de seguir este camino, pues que dejen negociar los acuerdos a Casillas y Xabi, asesorados el primero por Vicente del Bosque y el segundo por Guardiola. Y estoy convencido de que al final todos gritarían: ¡Viva el Madrid y viva España! y ¡Visca el Barça y visca Cataluña".