Una España muy disminuida por las importantes ausencias y la falta de solvencia del seleccionador limitaban enormemente las posibilidades de lograr el tercer Europeo de baloncesto consecutivo
Elijan cualquier equipo del mundo del deporte que sea y quítenle a sus tres mejores jugadores ¿A que ese conjunto tendría muy pocas posibilidades de quedar campeón de una competición de prestigio? Pues eso es lo que le ha pasado a la selección española de baloncesto en el Campeonato de Europa que se acaba de disputar en Eslovenia. Se quiera o no, y por mucho que se busquen otras escusas, las ausencia de Pau Gasol, Juan Carlos Navarro y Serge Ibaka ha resultado decisiva en el hecho de que el combinado nacional no se haya colgado por tercera vez consecutiva la medalla de oro en un Europeo, circunstancia que solo han sido capaces de lograr las dos grandes potencias históricas del baloncesto continental: URSS y Yugoslavia. Con esas tres piezas en cancha, más la añadida de Felipe Reyes, la diferencia habría sido tan abismal a favor de la Roja, que ningún otro equipo podría haber hecho sombra a la España de Juan Antonio Orenga, ni si quiera la nueva campeona, pues en la Francia de Parker, las ausencias de jugadores de la NBA no alcanzaron el nivel de trascendencia que tenían en el combinado español .
Pero las cosas son como son y siempre hay que contar con los imponderables. El mayor de los Gasol y La bomba están muy castigados físicamente y necesitan recuperarse de sus lesiones para afrontar sus últimos años como profesionales, mientras que a Ibaka, Oklahoma le paga mucho dinero como para arriesgarse en una competición tan lejana a los Estados Unidos. Seguramente, y salvo imprevistos, los tres volverán a vestir la zamarra nacional el año que viene en el Mundial que se celebrará en España, y las posibilidades de volver a verles en la final haciéndoselas pasar canutas a los estadounidenses de la NBA serán infinitas. Además, no se puede criticar sus decisiones porque entran dentro de la lógica profesional y la sensatez. En el caso de los dos jugadores catalanes, forzar su recuperación hubiera puesto en peligro el final de sus carreras profesionales. En el del congoleño, se entienden las presiones de un club que no gana nada con la presencia de uno de sus jugadores franquicia en una competición que ni le va ni le viene.
Y a pesar de las ausencias, España ha estado cerca de volver a subir a lo más alto del podio, pues no se ha visto a ninguna selección muy superior. Pero para que eso hubiera ocurrido, el combinado de Orenga tenía que haberse mostrado bastante más sólido, pues ha caído en los cuatro encuentros en los que el rival aguantó entero durante los 40 minutos. En todos los choques en los que llegaron apurados a los minutos finales, el aro se les hizo pequeño y cedieron el triunfo al enemigo. Y esta decisiva carencia para saber qué hacer en los momentos de la verdad obedece, desde mi modesta opinión, precisamente a la ausencia de los líderes en pista del equipo. ¿O alguien duda de quién se hubiera jugado los balones decisivos en los últimos segundos en caso de la presencia de los ausentes? Se quiera o no, España carecía de los líderes espirituales de este equipo que ha hecho historia en el baloncesto mundial. Y a pesar de que en sus declaraciones insistían en que habían asumido las bajas, en la cancha se ha comprobado que los echaron de menos. Se sabían vulnerables y ni Rudy hizo olvidar a Navarro, ni Marc, a su hermano. Y eso que los dos han protagonizado un buen Europeo, pero no han podido marcar las diferencias que se hubieran vivido con sus compañeros en pista. Es más, la ausencia de sus mayores les ha hecho más vulnerables de lo que realmente son, pues el recuerdo de los ausentes siempre estuvo presente.
Esta debilidad en los minutos de la verdad podría haberse minimizado con la sapiencia y clarividencia de un seleccionador contrastado, pero no ha sido el caso. Orenga, una gran persona y un esforzado profesional, no ha sabido convencer a sus pupilos de sus verdaderas posibilidades, ni ha sabido diseñar las estrategias necesarias para culminar con éxito los momentos clave. Ha dado la sensación de que ha sucumbido ante la fácil decisión de dejarles hacer a jugadores de talento como Rudy, Marc, Calderón, Ricky o Sergio Rodríguez, sin un trabajo previo que siempre aclara las dudas. En las derrotas ante Eslovenia, Grecia e Italia, las consecuencias fueron mínimas. Ante la Francia de Parker, la falta de un ideario preciso que hubiera definido la graduación de los encargados de jugársela les alejó de la hazaña. Con Pau, Navarro e Ibaka, las jerarquías estaban claras. En esta ocasión no se puede echar la culpa al empedrado. Hay que cargarlas exclusivamente sobre las limitaciones de esta selección, en la que hombres como Llull (salvo ante Francia), Claver, Mumbrú o San Emeterio no aportaronn ni un tercio de lo que suman en sus equipos, y en la que no hubo ningún Cid capaz de superar el muro físico que impusieron los galos sobre su zona en el ocaso de la batalla.
España no se vistió de color dorado porque no se puede ser campeón siempre. Esta escuadra había acostumbrado a los españoles a los éxitos absolutos, porque también se deben considerar así las derrotas en las dos finales de los Juegos Olímpicos antes los dioses de la NBA. Pero en los campeonatos a los que no acudió Pau Gasol y algún otro español que despliega sus andanzas por las canchas estadounidenses, este equipo fue incapaz de subirse al podio. Y esta vez hay que conformarse con un bronce que sabe a poco. Pero no se puede renegar de la mejor selección española de baloncesto de la historia de España (ha ganado medalla en ocho de las once últimas grandes competiciones en las que ha participado). Difícilmente se volverá a disfrutar en este país de las excelencias del deporte de la canasta y de los éxitos que ha protagonizado esta generación de estrellas. Esperemos que en el Mundial de España del 2014 infundan nuevas esperanzas y cierren con broche de oro un ciclo irrepetible. Porque seguro que cuando pase el tiempo, se les echará de menos. Porque los hombres que capitanean Pau Gasol y Juan Carlos Navarro serán leyenda.
Estamos muy mal acostumbrados. Parece que no nos acordamos de cuándo nos costaba la vida pasar de cuartos, y ahora sólo nos vale ganar. Da igual que 3 de nuestros mejores jugadores no puedan participar, solo vale el oro. Está muy bien ponerse metas altas, porque eso es lo que se necesita para triunfar, pero de ahí considerar que sabe a poco una medalla de bronce en el europeo...
ResponderEliminarEsta selección puede ganar a cualquiera en Europa, como se ha demostrado. Pero también es cierto que cuando se llega a un final apretado, inconscientemente se busca a los que siempre nos han solucionado la papeleta, las estrellas más grandes de nuestro equipo. Y esta vez no estaban ni Pau no Navarro, y de ahí que ese punch final no se haya encontrado y que se hayan perdido los partidos con final apretado, y siempre con posibilidades de ganarlos.
Espero y deseo que haya un relevo que garantice la calidad de esta selección. Pau y Navarro están al final de sus carreras y no creo que vayan más allá del próximo mundial. Creo que con esta selección hay mimbres para volver a luchar por el oro. Pero hay que tener los pies en la tierra y valorar este resultado en su justa medida.
Santi, coincidimos en nuestras opiniones, aunque la selección que ha participado en el Europeo de Eslovenia solo tiene opción de ganar una medalla en la competición continental, nunca en un Mundial o en unos Juegos Olímpicos, donde el nivel es mucho mayor. En el próximo Mundial de España solo podemos aspirar a algo si vuelven las tres principales ausencias: Pau Gasol, Juan Carlos Navarro y Serge Ibaka.
EliminarEso nunca se sabe. Pau Gasol y Navarro seguramente estarán en el Mundial, pero la edad les está ya pasando factura y dentro de un año no sé sabe cómo estarán. Sin embargo, otros jugadores como Ricky Rubrio o Claver se espera que crezcan mucho en su juego durante este año, y den mucho mejor rendimiento. Y seguiremos contando con Marc Gasol, que seguraménte será también el mejor pívot del Mundial (o el segundo mejor, como mucho) y del gran Calderón
EliminarSanti, aunque los jugadores que comentas pueden aportar más que en este Europeo, los rivales en los Mundiales suelen ser más potentes. Y sin los dos primeros, no veo gran posibilidad de destacar. Y mucho menos, hacerle sombra a otro dream team.
EliminarLas conclusiones son claras, sin esas bajas España es un equipo superior al resto y en condiciones normales tiene que ganar el Europeo con autoridad. Con las bajas es un buen equipo que compite en condiciones de igualdad con otros muchos y puede pasar de todo. A mi no me sabe mal la medalla de bronce. Imaginaros lo que hubiera sido si se hubiese cado de la lista también Marc Gasol...
ResponderEliminarManolo, sin Marc Gasol no hubiéramos pasado ni a cuartos. Y a mi sí me ha sabido a poco porque con ese equipo y algo más de trabajo de los minutos finales, hubiésemos podido ganar el Eurobasket.
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ResponderEliminarBastante de acuerdo en tu comentario sobre la selección. Quizás discrepe en algo menor como afirmar que las ausencias NBA de Francia no les han influido, que creo que sí pero el oro lo ha tapado. Yo añadiría un tema nuevo que es el seleccionador: que alguien me diga los méritos contraídos por Orenga para dirigir a España.
ResponderEliminarLa culpa no es suya y no hay que valorar si es buena persona, que lo es, o mala; lo que se ha de valorar es si tiene bagaje para ser seleccionador. La respuesta es simple: ninguno. Ha sido el enésimo capricho de un presidente autoritario y caprichoso que lleva la FEB como su cortijo particular y al que todos ríen las gracias porque la mejor generación de la historia le ha caído en su mandato, unido al trabajo impagado e impagable de los clubes. Ya nos dejó sin medallas cuando sentó en el banquillo a Mario 'Zonita' Pesquera, que literalmente se cargó al equipo en Europeo y Juegos por su ineptitud.
Sáez cree -y lo lleva la práctica- que a esta selección la dirige hasta él. Y no. Acabamos de verlo, un equipo con un potencial diez que ha perdido cuatro partidos de once jugados. Una derrota más que Finlandia (5-3). No, no es de recibo. El oro más barato de la historia de los Europeos voló por la soberbia del señorito.
Rafa, creo que eres muy duro con el presidente de la Federación Española de Baloncesto. No niego que dirige la FEB como si fuera su cortijo y que hace y deshace a su antojo. Pero si le culpas de haber elegido a Pesquera, también es el responsable de haber fichado en su día a otros mejores entrenadores, como Pepu, Scariolo o Aíto. Creo que la FEB no lo está haciendo mal, especialmente su dirección técnica, pues el hecho de que todos las selecciones de la cantera, tanto en masculino o femenino, sean medallistas en Europa es muy importante. Y, en cierta forma, augura un buen futuro para este deporte. Respecto a lo de Orenga, ya lo escribo en el artículo. No tiene experiencia, pero se apostó por él porque conocía el equipo, al ser segundo de Scariolo. No es un desatino, aunque se ha comprobado que no ha sacado todo el rendimiento que esa plantilla tenía.
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