La victoria del tenista en Indian Wells tras siete meses lesionado ratifica su grandiosa capacidad de trabajo y el conocimiento absoluto del deporte que practica, dos características que se echan de menos en los profesionales de la política en este país
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Fuente: ecodiario.eleconomista.es |
Tras siete meses alejado de las pistas de tenis por una rotura parcial del tendón rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda, Rafael Nadal, el mejor tenista español de todos los tiempos y posiblemente el mejor deportistas de la historia de este país, ha vuelto a morder un trofeo de los de verdad, no de los cuatro elegidos del Gran Slam, pero sí de los Máster 1000 que sitúan a los tenistas a las puertas de la gloria eterna. En solo mes y medio, el manacorí se ha cargado de un plumazo las posibles dudas que existían sobre si tan larga ausencia podría pasarle factura en su proceso de recuperación. Y parece que no, pues el tenista de las 600 victorias (solo 20 lo han logrado en la historia de este deporte) no solo ha sido capaz de ganar en torneos de tierra batida (Sao Paulo y Acapulco), su pista preferida, sino que ha ratificado en la pista dura de California que está en disposición de volver a aspirar al número uno de este deporte, siempre con el permiso de sus actuales grandes rivales, Djokovic, Federer y Murray, los tres que le anteceden en la clasificación de la ATP.
El balear ha regresado a Palma con tres títulos bajo el brazo, una final (Viña del Mar, en el primer torneo que participó tras la lesión), la cuarta plaza recuperada y feliz porque sus rodillas han respondido muy bien, incluso mejor de lo esperado, según ha declarado. Ha resultado un regreso perfecto, que ratifica una vez más lo bien que Rafa y los suyos conocen la capacidad de esta estrella, el deporte que practican y todo lo que les rodea. El ganador de 11 Gran Slam y 22 Másters (más que ningún otro tenista) ha protagonizado una histórica vuelta al circuito al firmar el mejor arranque de curso de su carrera (17 victorias por una derrota) y lo hace de la misma forma que le llevó a ser el mejor tenista del 2012 hasta su lesión. Además, ha dejado claro, tras pasar tanto tiempo en el dique seco, que no se puede sospechar de su rendimiento y mucho menos de sus ganas, que sabe por dónde se anda y que dispone de la fuerza de voluntad y la capacidad de trabajo necesaria para seguir luchando mano a mano con los grandes del tenis mundial, a pesar de que tenga que tomar anti inflamatorios todas las noches. Si bien es cierto que no se ha cruzado en este tiempo con los dos rivales más en forma, el serbio Djokovic y el escocés Murray, ha sido capaz de derrotar a otros cuatro top-10, como son Federer, Ferrer, Berdych y Del Potro. Una garantía de que, por lo menos, va a seguir dando guerra a sus principales rivales, quienes ahora seguro que también se preguntarán si el mejor Nadal ha vuelto.